Foto homenaje de Samuel Arteaga, a su padre.
Hubo un entusiasta del aeromodelismo, que -sin siquiera llegar a volar solo- vibró plenamente con nuestro hobby, contagiado por su hermano Rafael, aeromodelista con tres décadas de experiencia. Exequiel Arteaga Fagnilli fue siempre el primero en decir "vamos", cuando lo invitamos a alguna loca aventura en la cual los aviones fueran protagonistas. Nos acompañó al Aeropicnic de Concepción (Hualpén); un par de veces al Aeroprimavera, de Los Ángeles; a la exhibición que hicieron los Aeromodelistas Independientes del Bío Bío, en Ránquil. Tampoco quiso perderse el encuentro del verano pasado en la pista del casino Familiar de Villa Baviera (Los Alemanes), en el límite entre Bulnes y Quillón, donde se inscribió como mi ayudante de piloto.
Toda vez que sus quehaceres de casa se lo permitieron, y el último tiempo, su salud, estuvo con el "Clan Arteaga" en la pista de Valle Escondido, en Chillán Viejo.
Me atrevo a decir que disfrutaba no sólo con el vuelo de los aviones, sino con todos los rituales previos y posteriores. Era minucioso, apegado a las "normas" que nos salvan de las imprudencias que nos pueden costar un dedo menos. Dicen que tenía algunos problemas de vista, no se le notaba en lo absoluto, eso sí, se ponía un poco nervioso cuando un avión se alejaba más allá de lo prudente y lo hacía saber de inmediato. En el campo de vuelo nada le hacía disfrutar más que un una pasada lenta, a baja altura, y con alabeo.
No tuve la suerte de verlo volar, se atrevía sólo con los aviones trainers de ala alta, y equipado con conexión de entrenador. Prefería hacerlo sólo en compañía de su instructor de siempre. Hace poco, a propósito de la restauración de un viejo QB-15, cuya historia espero contar en algún momento, Rafael dijo "en este avión Exequiel habría volado muy bien..." Claro, tiene la docilidad que necesita alguien que quiere volar en solitario y adquirir confianza. Pero la historia quiso otra cosa. Una enfermedad muy rápida y brutal, recién en su fase de inicio, lo descompensó antes del mediodía del jueves 19 de abril, justo después de un control médico.
Emprendió el vuelo final, por fin solo, desde su casa. ya no hubo cable alguno que lo atara más a este mundo. Como dijeron en su despedida del día 21 de abril, se fue y vivió simplemente a su manera.
Me quedo con su recuerdo de hombre entusiasta, trabajador, y muy agudo de mente. Para él, los años no fueron un tema. Su única gran preocupación, me consta, fue el bienestar de su familia, en particular de sus hijos y nietos, y claro, de su hermano y amigo Rafael.
No podía crear un blog para hablar de aeromodelismo, sin dedicar un pequeño espacio a Exequiel, un tipo genial. La única pena que tengo, es no haberle conocido antes.
Este video es en homenaje a nuestro amigo. Él me ayudo a hacerlo.
Siempre cooperando en la pista.
El 19 de abril de 2012, el "Clan Arteaga" perdió a uno de los suyos.